La aromaterapia es una técnica natural que pertenece a la rama de la Fitoterapia. La Fitoterapia es la ciencia que estudia el uso de las plantas y las hierbas con fines terapéuticos.

Si pensamos en cuándo empezamos a escuchar la palabra aromaterapia, seguramente nos remontemos (los que ya vamos acumulando unos años) a un par de décadas atrás. Sin embargo hay escritos de 2500 años a. C. en los que varias culturas hacían referencia al uso de los aceites esenciales.

Uno de los libros más antiguos sobre Aromaterapia en el Pen Ts’ao en la Medicina Tradicional China. Se traduce como «Gran Herbal» y data aproximadamente del año 2500 a. C.

En la cultura egipcia tenemos el Papiro de Ebers, que es uno de los tratados médicos y farmacopea más antiguos de los que hay constancia y data aproximadamente del año 1500 a. C.

La aromaterapia es, por lo tanto, una técnica milenaria basada en el uso terapéutico de los aceites esenciales y que trabaja de forma holística produciendo un efecto en los cuerpos físico, emocional y energético.

Gracias a los avances en la ciencia, hoy ya sabes y hemos podido comprobar que somos energía, que nuestro interior es puramente químico y que es esa química la que crea nuestros tejidos, nuestra energía, nuestros pensamientos y emociones.

Beneficios

A nivel físico: Renovando el Cuerpo

Los aceites esenciales poseen propiedades terapéuticas que pueden mejorar nuestra salud física de diversas maneras. Los diferentes estudios demuestran que los aceites esenciales tienen un efecto sobre la química de nuestro organismo, ayudando así, en afectaciones físicas como alivio de dolores, alteraciones digestivas, reequilibrio hormonal o refuerzo del sistema inmunitario, entre otras. Estas esencias naturales ofrecen un enfoque holístico para el bienestar físico. Aceites como la lavanda y el eucalipto, con sus propiedades relajantes y descongestionantes, pueden ser utilizados para aliviar dolores, mejorar la calidad del sueño y fortalecer el sistema inmunológico.

2. Mental: Claridad y Enfoque

La aromaterapia tiene un impacto significativo en nuestra salud mental. Aceites como la menta y el romero son conocidos por sus propiedades estimulantes, capaces de revitalizar la mente y mejorar la concentración. La inhalación de fragancias frescas puede ayudar a reducir el estrés, aumentar la claridad mental y proporcionar un impulso de energía positiva. Permitan que los aromas guíen su mente hacia la calma y la lucidez.

3. Emocional: Equilibrio y Bienestar Emocional

Los aceites esenciales tienen el poder de influir en nuestras emociones y estados de ánimo. Aceites como la rosa y la bergamota son conocidos por sus propiedades equilibrantes y reconfortantes. Utilizados de manera consciente, los aceites esenciales pueden ser herramientas valiosas para gestionar el estrés, aliviar la ansiedad y fomentar una sensación general de bienestar emocional. Dejen que los aromas nutran sus emociones y les proporcionen un refugio tranquilo.

4. Energético: Armonizando la Energía Interna

En el nivel energético, la aromaterapia trabaja en sintonía con el cuerpo sutil. Aceites como el sándalo y la salvia pueden ser utilizados para equilibrar los centros energéticos, promoviendo una sensación de armonía y flujo energético. Al integrar conscientemente las fragancias en prácticas como la meditación y la reflexión, podemos abrir canales para la energía positiva y la renovación interna.

Precauciones de uso

1. Dilución Adecuada: Los aceites esenciales son altamente concentrados, por lo que es crucial diluirlos correctamente antes de aplicar sobre la piel. Utiliza siempre un aceite portador de calidad para evitar posibles irritaciones. Existen dos escuelas diferentes, que marcan los porcentajes de dilución, la escuela inglesa y la francesa.

2. Prueba de Parche: Antes de aplicar un nuevo aceite esencial en una gran área de la piel, realiza una prueba de parche en una pequeña zona para verificar posibles reacciones alérgicas o irritaciones. En caso de reacción, lavar con aceite vegetal, no con agua ya que los aceites esenciales no son solubles en agua.

3. Evitar Contacto con Ojos y Mucosas: Los aceites esenciales no deben entrar en contacto directo con los ojos ni las membranas mucosas. En caso de contacto accidental, enjuaga con un aceite vegetal puro y busca atención médica si es necesario.

4. Consulta con un asesor especializado y un médico: Si estás embarazada, amamantando o tienes condiciones médicas específicas, consulta con tu asesor de referencia y con tu médico antes de usar nuevos aceites esenciales para asegurar que sean seguros en tu situación.

5. Almacenamiento Adecuado: Guarda los aceites esenciales en envases oscuros, lejos de la luz directa del sol y en lugares frescos y secos para preservar sus propiedades terapéuticas y prevenir la oxidación.

6. Uso Moderado: La cantidad no siempre implica mejores resultados. Utiliza los aceites esenciales de manera moderada para evitar posibles reacciones cutáneas o sensibilidades. En la aromaterapia el mantra siempre es «de menos a más»

7. Investigación de Contradicciones: Algunos aceites esenciales pueden tener contraindicaciones con ciertos medicamentos o condiciones médicas. Investiga y asegúrate de que el aceite elegido sea seguro para tu situación. Ante cualquier duda, consulta con tu personal sanitario de referencia.

8. Evitar la Ingestión Indiscriminada: A menos que estés bajo la supervisión de un profesional de la salud capacitado, evita la ingesta de aceites esenciales. Algunos pueden ser tóxicos si se consumen incorrectamente.

9. No Sustituir por Asesoramiento Médico: Los aceites esenciales no deben reemplazar el asesoramiento o tratamiento médico. Siempre busca atención médica para problemas de salud y utiliza los aceites como complemento, no como sustituto.

10. Calidad del Producto: Opta por aceites esenciales de calidad, obtenidos de fuentes confiables. La pureza del aceite es esencial para asegurar beneficios terapéuticos y evitar ingredientes no deseados. Este es, quizás, uno de los puntos más importante a la hora de usar aceites esenciales con fines terapéuticos.